Hombre Lean Poesía
Los hombres deberían de leer más poesía para que comprendan la verdadera definición de valentía. Para que hablen más de versos, y dejen de contar a cuántas les han dado un beso.
Para que midan la vida en lágrimas, para que entiendan que la debilidad no nace de ser vulnerable, pero que crece del miedo a ser un cobarde.
Los hombres deberían de leer más poesía.
Para que conozcan a nuevos luchadores —a los gladiadores del ser—, a los superhéroes de lentes y bolígrafo.
A los vencedores del alma, a los que se enfrentan a los demonios de adentro, poetas intrépidos que exploran sensaciones entre costillas. Siempre batiéndose entre sílabas y rimas, luchan con prosa y verso, para crea arte que explique lo que ya sentimos, pero no sabíamos nombrar.
Ellos son los magos, los artistas, los exploradores de emociones, viajeros de la obscuridad que regresan con luz en letras. Alquimistas que ordenan en palabras lo que creíamos indescriptible, son creadores —casi dioses— son los que sí merecen ser llamados: HOMBRES.
Para mí no hay mayor cobardía
que vivir en una eterna huida,
llamar macho al que prefiere la obscuridad,
porque le da miedo iluminarse por dentro,
Solo un cobarde prefiere ser esclavo de impulsos
que la libertad que da la vulnerabilidad.
Los hombres sí lloran
porque entienden la poesía,
porque aprenden que sentir no te hace débil,
solo te hace más resistente.
Píntenle lagrimas a las estatuas
porque no existe un héroe
que no haya derramado lágrimas,
porque no existe ídolo que no haya sido derrotado.
Porque no solo llora el perdedor,
también llora el campeón.
Y si hoy te sientes derrotado,
toma un viejo poemario,
deja que el autor sople el polvo
de ese viejo motor
que a veces llamas: tu corazón.
Los hombres sí lloran
porque leen poesía.
Porque saben que el hombre más fuerte,
es también el que más siente;
porque no solo te comprende,
sino que él mismo,
también se entiende.
Y si tengo un hijo le leeré poemas antes de dormir,
para que sepa que existen monstruos debajo del alma,
son sensaciones que aterran y que no mueren
pero se pueden controlar y domar.
Que las palabras a veces pesan más que una acción
y que los buenos versos generan adicción.
Si tengo un hijo le leeré poemas de Neruda
para que encuentre belleza
en algo que no solo sea
una mujer desnuda.
Los hombres deberían de leer más poesía,
desinflar el pecho, bajar la mirada y leer unos versos.
Comprender que la valentía no se mide en músculos,
que ser masculino significa encontrar fuerza en lo que te hace vulnerable,
que la compasión es un acto heroico,
que llorar también es mostrar amor.
Y a ti te prohibieron tener lágrimas, querido.
No seas un hombre seco, títere de paja,
encuentra un poema y deja que te haga suyo,
deja que tus ojos se encharquen,
que tu boca se enchueque
y que tus adentros se tensen.
Y llora,
llora porque hace un tiempo que lo necesitas,
y lee más poesía,
toma esas letras que intentan describir
el lenguaje de tu cuerpo.
Entiende que sentir es parte de vivir.
Y, ¡oh! Mis queridos hermanos,
llevamos mucho tiempo sin llorar,
sin abrazarnos y besarnos,
sin recitarnos un poema.
Te perdono hombre,
porque nadie te dijo que podías llorar.
Porque nadie te dijo que debías de leer poesía,
Nadie te explicó que entre sílabas ibas a encontrar
lo que tus emociones significan.
Para que el único golpe que te atrevas a dar
sea el de tu puño contra tu pecho,
porque te has dado cuenta que ahí dentro
hay mucho que sientes y no dejabas salir.
Por eso lee poesía,
por eso apréndete un poema,
por eso recita versos.
Por eso los hombres
deben de leer poesía.
Por eso.